Maratón
Articulo publicado en El periódico de Catalunya por Arturo San Agustín el domingo 1 de marzo.
Barcelona, hoy, amanecerá con esos corredores de maratón que humanizan las ciudades. En casi todos los maratonianos parece habitar el verdadero atleta que hubiese querido ser. Matizo, porque no será maratoniano todo el que hoy veremos trotando por nuestras calles.
A estas cosas, masivamente deportivas, siempre se apuntan algunos por el dorsal, por el plato de pasta, por el powerade, o por la camiseta. El verdadero maratoniano es el individuo que se enfrenta a sí mismo, la prueba más dura. Por eso me caen mejor los maratonianos que otras especies deportivas. (......) 42.195 kilómetros de recorrido. La cara del verdadero maratoniano, esculpida por las muchas horas de entrenamiento, de sudor diario, de darle a la zapatilla después del trabajo, es la cara de alguien que sabe lo que cuesta lograr un objetivo. O participar en la consecución del mismo, porque si hay alguien consciente de sus posibilidades es el maratoniano. Quizá por eso, por todo eso, los verdaderos maratonianos acostumbran a ser buena gente. Es verdad que nos dejan perdida la ciudad y luego tienen que venir las brigadas a recoger los vasos de plástico, las botellas de agua y esa ropa que se quitan de encima cuando comienzan a correr y a consultar sus relojes, pero son buena gente.(.....) Estas cosas masivas del deporte se inventaron para vender zapatillas y ciudades, pero son útiles.
Barcelona, hoy, amanecerá con esos corredores de maratón que humanizan las ciudades. En casi todos los maratonianos parece habitar el verdadero atleta que hubiese querido ser. Matizo, porque no será maratoniano todo el que hoy veremos trotando por nuestras calles.
A estas cosas, masivamente deportivas, siempre se apuntan algunos por el dorsal, por el plato de pasta, por el powerade, o por la camiseta. El verdadero maratoniano es el individuo que se enfrenta a sí mismo, la prueba más dura. Por eso me caen mejor los maratonianos que otras especies deportivas. (......) 42.195 kilómetros de recorrido. La cara del verdadero maratoniano, esculpida por las muchas horas de entrenamiento, de sudor diario, de darle a la zapatilla después del trabajo, es la cara de alguien que sabe lo que cuesta lograr un objetivo. O participar en la consecución del mismo, porque si hay alguien consciente de sus posibilidades es el maratoniano. Quizá por eso, por todo eso, los verdaderos maratonianos acostumbran a ser buena gente. Es verdad que nos dejan perdida la ciudad y luego tienen que venir las brigadas a recoger los vasos de plástico, las botellas de agua y esa ropa que se quitan de encima cuando comienzan a correr y a consultar sus relojes, pero son buena gente.(.....) Estas cosas masivas del deporte se inventaron para vender zapatillas y ciudades, pero son útiles.
Comentarios
Ana