Maratón Pastoras de Portudera, Puro Picos!

Todavía no hace un año que sentí hablar de ella por primera vez, tenía que ser José Manuel quién me comentara la posibilidad de ir el mes de abril a Asturias, una maratón de montaña en Arenas de Cabrales, Pastores de Portudera me dijo.
Me costo acordarme del nombre, pero enseguida Google lo encontró, correríamos por el macizo occidental de Picos de Europa, observados de cerca por el Pico Urriellu (Naranjo de Bulnes), y me dispuse a ver el video de la prueba, a ver que tenía que enseñarme Rubén Carvajal de “sus” montañas…
Y lo que vi me toco la fibra, cuatro minutos donde Rubén resume de forma sencilla y directa lo que nos quiere enseñar de Portudera; el homenaje a las mujeres de la posguerra, las pastoras que subían a trabajar el queso, no olvidar que, de alguna forma en Arenas todos vienen de pastores.
Me emocione, me ilusioné y me removió sentimientos y recuerdos de alguna parte no muy lejana de allí

Decidido José Manuel, nos vamos a Asturias! No me voy a extender en lo que para mi significa esta persona; vale la pena pasarse un ratito por este mundo si es para compartir algo con él, y yo, aparte de una amistad especial, comparto alguna que otra locura, y esta lo era, y de las gordas!
Frases como “la maratón de montaña mas dura del mundo” y otra del tipo “incluyendo el km vertical mas duro; el Aventón de las Palancas”, no nos echan para atrás, y el día 6 de diciembre me planto delante del ordenador para formalizar las dos inscripciones.
Y después de casi cuatro meses de entrenamientos y unos pocos números (mas de 97h y 1000 kms corriendo, de los cuales unos 350 de montaña) nos presentamos el 22 de abril en Arenas de Cabrales, las 6:30 de la mañana y, ahora si, un poco asustado por los números; 42 km y 8800m de desnivel acumulado por delante.
Con cierto nerviosismo en la salida pero con la seguridad tener clara la carrera que quiero, mis posibilidades (y las de muchos) pasan, como bien nos dijo Santi Obaya (entrenador de Antonio Morales, que junto a Josep Maria Jimenez Quirós también se apuntaron a nuestra aventura) por llegar algo vivos a Obar (km 17) para afrontar con algo de garantías el Aventón de las Palancas (1,8 kms +1008m) y, a partir de ahí, ya con algo mas de 3000m positivos ya en las piernas y mitad de carrera, llegar a Arenas aunque sea con los dientes…
Y así fue, al menos para mi, mi carrera; no quise hipotecarlo todo en los primeros kilómetros y salí con calma, los primeros seis en ascenso prolongado y ritmo cómodo para estirar el gran grupo (mas de 450 corredores), con 1000m de altitud y la primera hora ya consumida vamos en busca de coronar el primer macizo de tres, el Cuetón (1651m) en dos horas y acompañado de Antonio (José y Josep Maria van por delante) nos disponemos a afrontar la primera de las bajadas complicadas, mas de 1400m negativos y varios resbalones después llegamos al mencionado Obar; José Manuel se a descolgado para buscar su carrera, el resto, avituallamos juntos en el parking, a tocar del río Cares, muy cerquita del inicio de la ruta del mismo nombre (de Poncebos a Cain, y que no me canso de hacer cada vez que tengo ocasión).
Ya preparado para iniciar el ascenso, pierdo de vista a Josep Maria y Antonio charla con su entrenador, José viene detrás con una gran ampolla en el pie, decido, y no quiero parecer egoísta, hacer mi carrera, ya pasamos de las tres horas y sin salirme del guión establecido había llegado con piernas para atacar el temido km vertical, y con la compañía del “Viva la Vida” de Coldplay salgo solo para después de 1h20’ de subida hacerme con el Aventón. 


Con el alivio de haber pasado ya la parte mas delicada de la carrera y seguir en pie llego a la Polvorosa, mas o menos mitad de carrera en 4h30’, es decir que me caen 9h si o si, ya metidos de lleno en el mediodía, el calor esta haciendo estragos y ya vamos junto a los corredores de la distancia trail, algunos nos pasan por encima en un terreno que no es fácil, un poco incomodo por la situación y mirando de no estorbar mucho me encuentro con el Altu el Valle (1400m) y enseguida el avituallamiento de Entrenaju (km 25 en 5h25’). Como y me hidrato bien, lleno de agua y a seguir, me espera el último macizo; el Tordín (1230m)…siete horas de carrera, las dos de la tarde, las rampas y deshidratación de algunos corredores que voy pasando hacen un poco de mella en mi, solo espero retrasar lo que parece inevitable…volvemos al ultimo tramo sube y baja, las subidas las aguanto mejor ayudado por los palos, las bajadas pasando factura, por el desnivel y el piso, cuesta mucho avanzar, así cuando toca falso llano el trote te alivia al ver correr algo el crono. Último avituallamiento sólido en Fuenteteja (km 35) y le pido a un chico que ha subido a animar que me saque el vaso de la mochila, me molesta todo ya, y no me apetece volver a sacármela y ponérmela por enésima vez, muy amable me vuelve a poner el vaso a sitio y dándole la mano y las gracias marcho con el único objetivo de (en un intento de provocarme cierta distracción) bajar de las 9 horas, ya que si pienso en el tramo que todavía queda…Ya hace rato que voy acompañado de Diego, un corredor asturiano de la distancia trail, lleva un “ritmin” como dice él, que me resulta cómodo, quiere guardar “piernucas” para la última bajada, y me aferro a él y a sus 59 años de experiencia por estas tierras para, después de separarnos (la trial y maratón no compartimos los últimos kilómetros) llegar a Somas y dejarme caer hasta Arenas, unos tres km y casi 1000m negativos.

Llevo rato pensando en los míos; José Manuel que estará pasando lo suyo, con una preparación lastrada el último mes por su maltrecha salud de hierro, en Ana y los crios que estarán esperando en meta, con una infinita paciencia…y así me acerco al final, bajando las nueve horas, ya veo el arco de meta, una mezcla de sentimientos me invade, uffff como me ha costado, pero que bonita es, y que pena que esto se acabe…
Entro solo, ni rastro de caras conocidas, al rato llegan Ana y los niños, una “emergencia” que a tenido Pablo…me fundo en un abrazo con ella, sin mediar palabra, no hay forma de devolverle tanto, Hugo también me abraza en una foto que se quedará conmigo toda la vida, llega también Mari pendiente de Jose Manuel, y Merche y Abril esperando al gran Antonio, Josep Maria les espera unos metros antes de meta.
Al final entran los tres juntos en diez horas, en una imagen también para el recuerdo.
Y como todo llega a su fin, esta locura también, y nos quedará para el recuerdo un fin de semana espectacular, de amigos y montaña, de entornos increíbles y de paella y tortilla de patatas para chuparse los dedos!








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