Burriac Atac! 2013
La tromba de agua caída horas antes me hacía dudar del planteamiento a seguir en esta mi primera participación de esta ya emblematica carrera, me habian comentado de lo especial y peligrosa que era, correr de noche por corriols y desniveles tan técnicos me tenía un poco preocupado, senderos que de dia habiamos recorrido tantas veces, pero que de noche escondian huecos invisibles que hacian incierta nuestra pisada. Las dudas se disiparon en cuanto se dió la salida, decidí salir un punto rápido en el primer tramo de asfalto hasta llegar a enlazar con los caminos que nos llebavan al Turó de l'Infern y, a partir de entonces, las sensaciones marcarían el ritmo a seguir.
Al encontrarme bien decidi no parar y todo salió mejor de lo previsto, me encontré fuerte y con confianza, el frontal proyectaba una luz que me daba seguridad y las sensaciones eran geniales, me lo estaba pasando muy bien y no queria parar, la montaña estaba perfecta, mojada, con ese olor a humedad tan especial, la gente animando, los voluntarios en los avituallamientos y caminos, los niños sacandote una sonrisa...
Sólo me quedan buenas sensaciones de esta carrera, mas que el tiempo conseguido o la posición, es poder compartirla con amigos y compañeros de entrenamiento que me enseñan a correr por la montaña y a quererla, a conocerme a mi mismo y poder llegar a disfrutar tanto como lo hice, a saborear esos momentos que corrí sólo, el frontal y la noche como única compañía...
Algo de huella me ha dejado esta carrera, el año que viene volveré, por lo bien organizada, por Burriac, ese compañero de entrenos, ese castillo que instintivamente buscamos en la silueta de nuestra serralada, y que iluminado de noche desprende una magia especial.
Sergi
Al encontrarme bien decidi no parar y todo salió mejor de lo previsto, me encontré fuerte y con confianza, el frontal proyectaba una luz que me daba seguridad y las sensaciones eran geniales, me lo estaba pasando muy bien y no queria parar, la montaña estaba perfecta, mojada, con ese olor a humedad tan especial, la gente animando, los voluntarios en los avituallamientos y caminos, los niños sacandote una sonrisa...
Sólo me quedan buenas sensaciones de esta carrera, mas que el tiempo conseguido o la posición, es poder compartirla con amigos y compañeros de entrenamiento que me enseñan a correr por la montaña y a quererla, a conocerme a mi mismo y poder llegar a disfrutar tanto como lo hice, a saborear esos momentos que corrí sólo, el frontal y la noche como única compañía...
Algo de huella me ha dejado esta carrera, el año que viene volveré, por lo bien organizada, por Burriac, ese compañero de entrenos, ese castillo que instintivamente buscamos en la silueta de nuestra serralada, y que iluminado de noche desprende una magia especial.
Sergi
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